Durante este año 2023 y de cara al próximo año 2024, puede que se produzcan importantes cambios en el IVA de los autónomos. Se estima que entre el 2023 o 2024 y el 2027 se lleve a cabo una reducción del IVA que beneficiará a miles de autónomos de nuestro país. El objetivo principal de esta medida, que todavía no está aprobada, es apoyar a este sector para que consigan reducir costes, sientan un alivio tributario y puedan ser más competitivos frente a las empresas que más facturan.
Si se aprueba la medida, la Agencia Tributaria eximirá de pagar el IVA a parte de este colectivo mediante un régimen de franquicia similar al que se sigue en otros países europeos. Es decir, aquellos autónomos que facturen hasta 85.000 € en actividades intracomunitarias no tendrán que enviar la declaración anual de ventas, eximiéndoles de incluir el IVA en las facturas.
No obstante y para poder acogerse a esta nueva medida, los autónomos deberán cumplir una serie de requisitos, los cuales también le darán acceso a algunas ayudas que variarán en función de las circunstancias del solicitante.
En la actualidad el IVA de los autónomos está regulado por diversos regímenes:
Régimen general: Es el que se aplica a la mayor parte de las actividades. Utiliza la estimación directa a partir de los datos que se contienen en las facturas tanto emitidas como recibidas.
Régimen simplificado: Utiliza la estimación objetiva o por módulos, lo que supone un menor número de obligaciones formales. Para aplicarlo debemos cumplir con una serie de requisitos, como por ejemplo, tributar también en el IRPF por estimación objetiva y cumplir con los límites de módulos. En este régimen no se pagan impuestos en función de cómo va el negocio (según ingresos y gastos), sino que se determina una cantidad fija en función de determinados indicadores (o módulos) a los que se aplican unos tipos o porcentajes con los que se calcula el rendimiento de la actividad.
Otros regímenes especiales: Determinados colectivos de autónomos están sometidos a otros regímenes, como por ejemplo los del recargo de equivalencia en el comercio minorista, o el de la agricultura, ganadería y pesca.
En general, la estimación directa del régimen general es la más utilizada y la que ofrece un resultado más ajustado a la realidad, ya que se basa en ingresos y gastos justificados en las facturas. Sin embargo, cuando comenzó a aplicarse, se consideró que la estimación objetiva era más sencilla para gran parte de los autónomos, ya que implica un menor esfuerzo contable y de facturación.
Hay que señalar, que el régimen simplificado del IVA es optativo y que muchos autónomos lo eligen porque las cuentas de su factura fiscal del IVA y el IRPF les salen mejor. Por este motivo, la desaparición de los módulos es vista como una amenaza de subida de impuestos.
Con el paso de los años, las obligaciones formales que implica la estimación directa son cada vez más sencillas de llevar a cabo. Esto es debido en gran parte, a la automatización de tareas facilitada por la amplia gama de soluciones contables y de facturación que existen en la actualidad en el mercado. Estas soluciones permiten que los autónomos puedan cumplir con sus obligaciones en estimación directa con un menor esfuerzo, estando continuamente actualizadas para ajustarse a los requerimientos normativos.
Como hemos comentado anteriormente, la nueva directiva europea del IVA permite la posibilidad de que los estados apliquen una franquicia del IVA a todos los trabajadores autónomos que cumplan una serie de requisitos. Para ello, España tendría que modificar la ley del IVA actual.
Las principales características de la franquicia para el IVA de los autónomos son las siguientes:
Para poder acogerse a la franquicia del IVA el estado fija un umbral de volumen de negocio anual, que si se supera no permite acogerse a dicha franquicia.
Se aplica a todo tipo de sujetos pasivos, no solo a personas físicas y entidades en régimen de atribución de rentas. De esta forma, la figura de la franquicia tendría un campo más extenso que el del régimen simplificado. Por ejemplo, podrían disfrutar de la franquicia sociedades limitadas con pocos ingresos.
El umbral de volumen de ingresos que se fije para acogerse a la franquicia del IVA no podrá ser superior a los 85 000 euros anuales, ya que es la cifra máxima que permite la directiva comunitaria.
Se podrán fijar umbrales máximos por actividades, aunque ninguno de ellos podría superar los 85 000 euros anuales, y cada sujeto solo podría acogerse a uno. En el caso de desarrollar dos o más actividades y sobrepasar el límite en una de ellas, el autónomo no podrá acogerse a la franquicia en ninguna de las restantes.
Al acogernos a la franquicia del IVA, ya no tendremos que repercutirlo ni hacerlo aparecer en las facturas, y tampoco podremos deducirlo.
Ante la posible aprobación de la reforma del IVA de los autónomos, están surgiendo las primeras voces que plantean una serie de problemas que dicha reforma podría conllevar:
La inercia del sistema actual supone un aspecto muy positivo y ventajoso para muchos autónomos.
La existencia de diferentes tipos de gravamen es un problema al pagar a proveedores y acreedores a un tipo más elevado del que se cobra a los clientes y deudores. Con la franquicia del IVA, no se deduce el IVA que se soporta, por lo que no es ventajoso dejar de repercutir un IVA al que se aplica un tipo más bajo del que se soporta.
El nuevo sistema de IVA podría generar ventajas de unos autónomos frente a otros y afectar directamente a la competencia, ya que el efecto en los precios y la factura fiscal no sería igual para todos los contribuyentes.
Por lo tanto, habrá muchos casos de autónomos en los que la franquicia no les compense, debiendo acogerse al régimen general.
No obstante, la franquicia del IVA para autónomos puede ofrecer diversas ventajas, ya que brinda una solución sencilla a un problema complejo que viene de atrás. El beneficio más importante que presenta esta reforma es que se reduciría la presión fiscal indirecta para muchos autónomos y pequeñas empresas.
Otro beneficio fundamental es que permitiría establecer un umbral por debajo del cual las exigencias formales serían menores, para de esta forma poder avanzar en sistemas que sean más inmediatos y transparentes y que ayuden a combatir el fraude fiscal y a fomentar sistemas de ayuda.
Por último, el sistema de franquicia del IVA permitiría eximir a los contribuyentes con menor volumen de ingresos de esa mayor exigencia progresiva, permitiendo acelerar la transformación para el resto.
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