Las empresas de todos los sectores están invirtiendo en la transformación digital para mejorar la productividad y ofrecer software innovador centrado en el cliente.
Las empresas nativas digitales continúan remodelando los mercados, dejando a los operadores tradicionales expuestos a las interrupciones. A medida que las empresas comienzan a explorar su camino de transformación digital, ya que alcanzar un cierto grado de digitalización tiene sus ventajas, también se encuentran con cuatro desafíos comunes que afrontan para lograr una transición exitosa.
Estos son los principales obstáculos en el proceso de transformación digital.
El obstáculo más importante para lograr los objetivos digitales son los desafíos culturales y de comportamiento. La transformación digital requiere cambios significativos estructurales y de procesos.
Sin embargo, los titulares tradicionales de las empresas tienen una cultura organizacional sólida y pueden oponer resistencia a la implementación de nuevos flujos de trabajo. Desde los empleados de largo plazo hasta los gerentes reacios al riesgo y políticas corporativas, varios factores culturales pueden obstaculizar una iniciativa digital.
Las organizaciones pueden enfrentar estas barreras culturales creando un plan de transición de la fuerza laboral como parte de su iniciativa de transformación digital. Este plan debe incluir comunicar a los empleados la estrategia, los objetivos y el calendario de la transformación digital. También debe constar las deficiencias de habilidades identificadas.
Una vez identificadas, las organizaciones pueden crear oportunidades para mejorar las habilidades de los empleados existentes para satisfacer las necesidades futuras. Los planes de transición de la fuerza laboral reconocen que las transformaciones digitales son un maratón- y no un sprint- y gestionan el cambio cultural a lo largo del proceso.
Las empresas están sometidas a una gran presión del mercado para ofrecer aplicaciones de software más rápidamente a sus clientes.
Como resultado, tienden a centrarse más en las herramientas y los estados finales operativos que prometen beneficios de rendimiento en lugar del valor que esas mejoras de rendimiento proporcionarán a sus clientes y a la empresa.
Esta tendencia puede crear desafíos adicionales de transformación digital a través de cambios abruptos en las estructuras organizacionales y los flujos de trabajo comerciales sin la alineación interna y la preparación para operar dentro de ellos. Muchas empresas también suelen seguir confiando en métricas de éxito anteriores que no se aplican a los nuevos procesos. Estos pasos en falso pueden condenar una transformación digital.
Al crear una iniciativa de transformación digital, es imperativo comenzar por definir qué significa el éxito. Una estrategia bien definida requiere una visión de lo que será la empresa transformada digitalmente, así como nuevas métricas que capturen el progreso hacia esa visión. La visión de la transformación digital debe incorporar las competencias y fortalezas centrales existentes de la empresa y cómo aumentarlas a través de la conversión.
Muchas empresas tradicionales se basan, al menos en parte, en un bloque de tecnología inflexible que admite aplicaciones monolíticas. Esto supone una barrera para la transición de tecnologías porque complica las dependencias de lanzamiento de aplicaciones y la adopción de metodologías Agile + DevOps . Al mismo tiempo, es posible que los empleados no tengan la experiencia con las nuevas tecnologías necesarias para realizar la transición de la infraestructura y las aplicaciones de TI y utilizar esas nuevas tecnologías.
Para avanzar hacia su transformación digital sin desestabilizar el proceso de desarrollo de software, las organizaciones pueden adoptar un enfoque de TI bimodal . Este enfoque incluye el modo 1, que encabeza la adopción de nuevas tecnologías y procesos, y el modo 2, que mantiene las prácticas existentes.
La TI bimodal permite a las organizaciones gestionar el riesgo de la transformación digital. A los equipos de Modo 1 se les asignan aplicaciones nuevas o de apoyo, mientras que el equipo de Modo 2 administra aplicaciones de misión crítica. De esta manera, la organización puede adoptar un enfoque gradual para su transformación digital, determinando el siguiente paso en función de los resultados medidos del desempeño anterior del Modo 1.
Muchas empresas han creado estructuras organizativas que optimizan los objetivos internos de un departamento. En esta estructura, los departamentos generalmente solo brindan actualizaciones de estado periódicamente a las partes interesadas. Estos datos almacenan datos tanto dentro como entre departamentos. Los datos no son visibles en todos los equipos, los comentarios tienen una cadencia definida y los flujos de trabajo son inflexibles y no pueden mejorar la eficiencia.
Uno de los componentes más desafiantes en la conversión a una empresa de software centrada en el cliente es la necesidad de incorporar una mejora continua en los procesos. Cualquiera que sea la pila o bloque de tecnología, los flujos de trabajo y los conjuntos de habilidades, la transformación digital que se implementa inicialmente se volverá obsoleta rápidamente.
Desarrollar la capacidad de responder rápidamente a los cambios del mercado requiere un cambio fundamental en la estructura de una organización. Comenzando con el liderazgo, la organización necesita crear flujos de trabajo que se alineen con el recorrido del cliente.
Estos flujos de trabajo cambian el enfoque de un equipo del proyecto a un solo producto, creando KPI completamente nuevos. Además, los ciclos de retroalimentación breves integrados en los flujos de trabajo identifican problemas rápidamente, lo que hace que el equipo sea más ágil. El equipo autónomo y flexible resultante puede mejorar continuamente su proceso y reaccionar a los comentarios de los clientes para ofrecer un valor de aplicación cada vez mayor.
Es fácil replicar la tecnología, la estructura organizativa y el flujo de trabajo de las empresas nativas digitales en papel. Puede parecer tan simple como actualizar una versión de software, pero no lo es. La tecnología puede ser sencilla, pero las personas no lo son. Las herramientas y los procesos de desarrollo de software modernos permiten nuevos flujos de trabajo para los que las organizaciones necesitan tiempo para adaptarse y optimizar. Sin visibilidad de los procesos de lanzamiento de aplicaciones que brindan valor al cliente, una empresa no puede administrar de manera efectiva sus desafíos de transformación digital.
En el mercado, existen muchas soluciones tecnológicas para que una empresa aborde el proceso de transformación digital. Pero las pymes españolas se sienten sobrepasadas por la existencia de tantas soluciones tecnológicas, encontrando problemas para su integración con las tecnologías que ya tienen.
Esto supone un enorme reto para las empresas de nuestro país. Se trata de que no saben qué softwares, herramientas o tecnologías tienen que emplear en el día a día para conseguir la digitalización.
Igual que existen muchísimas soluciones, existen también muchísimos proveedores TIC, y lo peor, éstos no dan soluciones integrales, lo que dificulta el retorno de la inversión que se lleva a cabo para su adquisición.
Estas conclusiones son el resultado de un informe anterior a la pandemia de COVID 19 denominado Estado de la transformación digital en pymes y autónomos, realizado por eAPyme y ESADE.
Las empresas españolas saben que la situación cambiante, especialmente la crisis sanitaria, hace necesaria su adaptación a las nuevas tecnologías y la digitalización de su empresa, para poder afrontar situaciones como un teletrabajo obligatorio para la mayoría de la plantilla, por ejemplo.
Pero también identifican ciertos obstáculos importantes al proceso de transformación digital. Entre ellos podemos enumerar los siguientes:
Otros inconvenientes que ven las empresas españolas para el proceso de transformación digital es que muchas herramientas informáticas se diseñan sin consultar previamente al colectivo de pymes y autónomos. Piden también soluciones para poder integrarlas de forma fácil con sus sistemas de gestión.
Otras demandas son más aplicaciones de BIG DATA, eliminar los abusos en la intermediación o un mayor uso de estándares en distintos sectores productivos.
Respecto a las herramientas utilizadas, emplean mucho WhatsApp o Microsoft 365 para su comunicación, así como el correo electrónico, Skype o soluciones para gestión de clientes como CRM, para almacenes como SGA o programas de contabilidad y ERP, como Sage 50 o Sage 200.
Finalmente, y enlazando con el primer obstáculo que hemos citado, el factor cultural, solo un 5% de los líderes de las empresas cree en España que su propia empresa tenga una cultura digital fuertemente asentada. Y la formación también es un área muy necesitada de mejoras.
Vemos que en este panorama todavía hay mucho por hacer en el proceso de digitalización. Y todas las administraciones, fabricantes de software, proveedores tecnológicos y Universidades están fuertemente involucradas para lograr el objetivo.