En plena era digital, los software de gestión han evolucionado considerablemente y cada vez son más las empresas que los utilizan. La elección de un sistema ERP sigue siendo una decisión importante en las empresas ya que requiere de una inversión inicial y condiciona la forma de trabajar en un corto plazo.
Entre las preguntas que surgen a la hora de elegir un ERP, además de plantearse si va a instalarse en la nube o en los servidores propios, también hay que decidir si se va a implantar un ERP de código abierto (Open Source) o de código cerrado (Closed Source). A continuación explicamos las diferencias, ventajas e inconvenientes de cada uno de los tipos para tomar decisiones acertadas.
Los ERP de fuente cerrada (Closed Source) son herramientas de gestión empresarial que utilizan un código patentado y protegido. Se comercializa como un software cuyos derechos de copia, distribución o modificación del software están reservados y son propiedad del fabricante.
La empresa desarrolladora del sistema es la única que puede llevar a cabo modificaciones o copias. Los usuarios no tienen ningún permiso ni acceso para acceder al código y realizar cambios.
Los softwares de código cerrado, en un primer momento, generan más confianza en los usuarios, ya que se garantiza la seguridad y el mantenimiento de la solución.
Un ERP de código abierto (Open Source) es un software distribuido bajo un acuerdo de licencia en el que se le permite el acceso al código a terceros. De este modo, al disponer de un código accesible para los usuarios, no se depende de un fabricante y las mejoras y las actualizaciones del ERP dependen de la colaboración de la comunidad.
Las herramientas de código abierto comenzaron a aflorar en la década de los 90 y, a día de hoy, siguen siendo una opción para muchas empresas.
Las diferencias entre un software de código cerrado y uno abierto son diversas. A continuación te presentamos algunas de ellas:
Código abierto: Los software de código abierto se suelen caracterizar por tener un menor coste por el ahorro de las licencias. Sin embargo, puede conllevar otro tipo de gastos extras como la asistencia técnica o el mantenimiento.
Código cerrado: Los software de código cerrado es un software de pago. Los precios de esta herramienta varían según diversos factores: funcionalidades, módulos, número de usuarios... Normalmente, este tipo de herramientas están adaptadas a cada sector ya que disponen de módulos adicionales con el fin de reforzar la personalización.
Código abierto: En cuanto a la usabilidad de los software de código abierto, las guías para usuarios están escritas y enfocadas para desarrolladores en lugar de ser para usuarios comunes sin conocimientos técnicos.
Código cerrado: En esta herramienta se destaca la usabilidad, debido a que toda la información y documentación está bien redactada y tiene instrucciones completas y detalladas.
Código abierto: Esta herramienta, como ya comentamos, puede ser visualizada, compartida y modificada por terceros, por lo que cualquiera puede actualizar el código. Normalmente, los errores se corrigen con más rapidez que en las herramientas de código cerrado. Sin embargo, no se tiene la garantía de que el software funcione correctamente ni cumpla las normativas legales.
Código cerrado: El software de código cerrado solo se puede reparar por parte del proveedor de la solución. En caso de fallos hay que ponerse en contacto con el equipo de soporte y esperar una respuesta. De este modo, resolver un problema conlleva más tiempo que en un software de código abierto. Ahora bien: se garantiza la profesionalidad de los consultores y su conocimiento sobre la herramienta. Además, este tipo de ERP están adaptados a los cambios legales ya que, dada la competencia en el sector, los fabricantes de ERP tienen la motivación de prestar el mejor servicio a sus clientes.
Código abierto: Estos ERP aportan flexibilidad y libertad a la hora de cambiar el código, ya que no se depende de ningún fabricante. Las empresas pueden desarrollar las funcionalidades que necesiten pero requieren de un equipo especialista que lo desarrolle. También pueden verse beneficiadas por las modificaciones de terceros dentro de la comunidad de usuarios.
Código cerrado: Aunque el código fuente no se puede modificar desde la empresa, los fabricantes de software realizan actualizaciones periódicas de las herramientas con el fin de no perder ventaja competitiva. Además, las actualizaciones suelen hacerse en base a las demandas de los clientes, por lo que cada vez son más personalizados.
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